En cualquier curso se debe prestar atención especial a mantener el interés del alumno al principio, durante y al final de la formación.
Al inicio de un curso, los alumnos suelen estar motivados debido a todo aquello que rodea la formación y que resulta novedoso. Este interés puede decaer a medida que el curso avanza, especialmente si es de larga duración, produciendo un efecto negativo que se refleja en el seguimiento inadecuado de la formación y en la desmotivación.
Para que no se produzcan estas situaciones, el formador puede recurrir a distintas acciones para mantener la entrega de los alumnos. El momento idóneo para recurrir a ellas se establece habitualmente sobre la mitad y finalización de la formación, si bien es cierto que el indicador a seguir es el estado que refleja el propio alumnado a través especialmente de su comunicación no verbal.
A continuación mencionamos algunos recursos útiles que nos pueden servir de ayuda para lograr mantener el interés.
- Redirige los objetivos:A pesar de que cada grupo tiene definidos unos objetivos comunes en la formación, los individuos que lo componen mantienen intereses distintos. De esa forma, recordar los objetivos de la formación resulta útil para minimizar dicho aspecto antes de que pueda incluso llegar a convertirse en un problema.
- Anima a los participantes: Que un alumno no participe en el proceso de formación es indicativo de que dicho proceso no va del todo bien. Esto puede originarse por varias razones, que habrá que averiguar para actuar en consecuencia. Por tanto, el formador deberá estar atento a aquellas personas que no participan y animarles a que lo hagan, reforzándolas en todo momento.
- Resumen: Es importante resumir los avances vistos, haciendo ver los logros obtenidos.
- Recuperar los buenos sentimientos y la energía: Las sesiones de formación suelen ser intensas, por ello es aconsejable introducir momentos distendidos en el desarrollo de las sesiones para que se amenice el proceso de aprendizaje.